Cada año tras el verano se detectan más caries, encías inflamadas y dientes sensibles debido al consumo de helados, alcohol, morder hielo o postponer la visita al dentista. Ofrecemos diez consejos de expertos para un verano sin sorpresas en las bocas.
El verano es época de vacaciones, desconexión, horarios locos y también de errores en el cuidado de los dientes. Durante las vacaciones, muchas personas cambian sus hábitos alimenticios, consumen más refrescos, helados o alcohol, y descuidan su higiene bucal. Todo ello puede provocar desde caries hasta sensibilidad dental o inflamación de encías, y pasa factura durante y al volver de vacaciones.
“Notamos cada año un repunte de problemas como caries incipientes o retracción gingival tras el verano”, explica la Dra. Almudena Herraiz, odontóloga y cofundadora de Janer & Herraiz Ortodoncia, clínica de Barcelona especializada en Ortodoncia. “La deshidratación, la reducción del cepillado diario y el aumento del consumo de azúcar forman un cóctel perfecto para que las bacterias se multipliquen”.
Los errores dentales más comunes del verano son estos:
Cepillado irregular. Dormir fuera, cambiar los horarios o pasar muchas horas fuera de casa hace que muchas personas se olviden de cepillarse los dientes tras cada comida.
Abuso de refrescos, alcohol y helados. El exceso de azúcar y los ácidos presentes en muchas bebidas debilitan el esmalte dental y favorecen la aparición de caries.
Deshidratación. El calor y la práctica de actividades al aire libre favorecen la deshidratación y la producción de saliva se reduce. La saliva es crucial porque actúa como defensa natural contra las bacterias que provocan caries y mal aliento.
Aplazar la visita al dentista. Muchas personas posponen revisiones dentales “para después del verano”, cuando sería recomendable acudir antes y después para evitar sorpresas.
Diez consejos para un verano sin sorpresas dentales
Mantener una buena higiene bucal
El cepillado y el uso de hilo dental, mínimo dos veces al día, son fundamentales para así poder eliminar cualquier residuo de alimentos y bacterias que puedan debilitar tus dientes, y mantener una buena higiene bucodental. No olvides llevar un kit de higiene bucal si no pasas por casa.
Mantenerse hidratado
Beber suficiente agua es importante para la salud en general y también para la salud bucodental. El agua ayuda a mantener la boca hidratada, lo que contribuye a la producción de saliva y a combatir las bacterias, protegiendo los dientes de la caries.
Llevar una dieta saludable
Durante las vacaciones se suelen cambiar los hábitos alimentarios y se tiende a comer peor, sobre todo por la incorporación de alimentos y bebidas azucaradas con mayor frecuencia. Hay que intentar limitar el consumo de dulces, refrescos y alimentos procesados y azucarados, ya que estos incrementan el riesgo de caries y dañan el esmalte dental.
Cuidado con los contrastes térmicos
El choque entre el calor exterior y las bebidas muy frías puede aumentar la sensibilidad dental.
Evitar el tabaco y el alcohol
Igual que los alimentos fríos, el consumo de tabaco y alcohol puede aumentar también la sensibilidad dental.
Evitar morder hielo
“Muchas personas tienen la tendencia de morder hielo, ya que viene con muchas bebidas cuando salimos a tomar algo, y nos mantiene frescos. Pero esto puede provocar sensibilidad dental, fracturar el esmalte o provocar microfisuras”, explica la Dra. Herraiz.
Vigilar los accidentes dentales
En verano aumenta el riesgo de padecer algún accidente dental debido a que se realizan más actividades deportivas y de ocio al aire libre. Hay que tomar las precauciones necesarias usando protectores bucales siempre que sea conveniente. Al realizar una nueva actividad es crucial informarse sobre ésta y seguir las indicaciones de los instructores. En caso de accidente acuda a un profesional lo antes posible.
Evitar remedios caseros, como el bicarbonato o limón
“Dos mitos muy conocidos son que el bicarbonato de sodio y el limón ayudan a blanquear y limpiar los dientes. Estas recomendaciones virales son muy peligrosas, ya que pueden dañar el esmalte, producir sensibilidad dental y hacer que aparezcan caries. Estos métodos son muy usados en verano porque las personas quieren verse con dientes perfectos de forma rápida para la época de vacaciones. Es muy importante no usar métodos que no tengan una evidencia científica, lo mejor es acudir a un profesional”, explica la Dra. Herraiz.
Cambiar el cepillo de dientes antes y después del verano
La recomendación habitual es cambiar el cepillo de dientes cada tres meses, pero hay excepciones como en caso de enfermedad, que es mejor cambiarlo antes, sobre todo si lo guarda cerca de otros cepillos de dientes. También si vemos que las cerdas están desgastadas y no limpian correctamente, lo mejor es cambiar el cepillo.
Visitar al dentista tras las vacaciones
Se recomienda pedir cita con el odontólogo para una revisión rutinaria y comprobar que el verano no le ha pasado factura a los dientes.
El cuidado bucodental no debe tomarse vacaciones. Con una buena hidratación, higiene constante y una dieta equilibrada, es posible disfrutar del verano sin comprometer la salud bucodental.
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